¿Cómo amas? ¿Por sentimientos o por decisión? ¿Hasta dónde llega tu amor?
51
Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se
encaminó decididamente hacia Jerusalén 52 y envió mensajeros delante de él.
Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento.
53 Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén. 54 Cuando sus
discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: «Señor, ¿quieres que
mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?». 55 Pero él se dio vuelta y
los reprendió. 56 Y se fueron a otro pueblo. 57 Mientras iban caminando,
alguien le dijo a Jesús: «¡Te seguiré adonde vayas!». 58 Jesús le respondió:
«Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del
hombre no tiene dónde reclinar la cabeza». 59 Y dijo a otro: «Sígueme». El
respondió: «Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre». 60 Pero Jesús le
respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el
Reino de Dios». 61 Otro le dijo: «Te seguiré, Señor, pero permíteme antes
despedirme de los míos». 62 Jesús le respondió: «El que ha puesto la mano en el
arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios». (Lc. 9, 51-62).
¡Con esta canción puedes comenzar la meditación! 👇
El amor
humano normalmente comienza con un fuerte sentimiento atractivo, romántico y entusiasta.
Luego, con el tiempo, se descubren otros ingredientes que confirman que es un amor verdadero, y que lo purifican y
perfeccionan: desafíos por comprenderse, sacrificio, paciencia, fidelidad,
organización, perseverancia, etc. Generalmente la escuela
más apropiada para aprender este amor es la familia.
Tres tipos de seguidores de Jesús
El evangelio
de hoy destaca la firme decisión de Jesús de encaminar
su amor por los hombres hasta el extremo,
entregándonos su vida. Hoy Jesús presenta sus tres tipos de seguidores:
El primero
es un enamorado y entusiasta que quiere seguirlo. Pero Jesús le advierte que
seguirlo le implica no solo algo lindo, sino también renunciar a su propia seguridad
material y a sus convicciones para poder seguirlo libremente adaptándose a la
voluntad del Padre.
En el
segundo caso, Jesús llama diciendo: “sígueme”. Hay muchas personas que perciben
claramente su llamado en su interior, pero no se animan a responderle positiva
y rápidamente y postergan su respuesta con excusas “como terminar primero una
carrera o una etapa de su vida”, etc. En una palabra, sería un “indeciso”.
El tercero
es alguien que ya está decidido o encaminado hacia el seguimiento de Jesús. Sin
embargo, pone condiciones que dificultan su decisión de seguirlo como su absoluta
prioridad. Por eso dice: “Señor te seguiré, pero…”. Es como aquella persona que ya está en la cima
del juego de la “montaña rusa”, pero piensa en bajarse sin demasiado sentido. Por
eso Jesús dice “no mirar hacia atrás”. Más bien es mejor pedir su gracia de
convertir el vértigo del desconcierto o miedos en las maravillas de Dios,
inclusive “divertidas”, que superan ampliamente nuestra imaginación.
Tu caso puede
ser semejante a estos tres o no, pero lo cierto es que todos los cristianos
estamos llamados a seguir decididamente a Jesús imitando su amor.
Un examen
de conciencia en nuestro camino de seguimiento
Ahora bien,
entre los cristianos reunidos en nuestra Iglesia, aunque siempre proclamamos el
amor de Cristo y contamos con su gracia, lamentablemente, no siempre encontramos
esta opción de amar como Jesús ya que muchas veces no superamos ni siquiera
parte del amor practicado en nuestra familia, posiblemente por no tener un
vínculo afectivo o de sangre. Entonces, preguntémonos sencillamente: ¿Cuánto
interés, tiempo, respeto, conocimiento, dinero, fidelidad, organización,
perseverancia dedicamos concretamente a nuestros hermanos en la fe por semana o
por mes? Estas medidas nos ayudarán para un examen de conciencia objetivo y
reconocer nuestra “verdad” para no caer en un falso imaginario.
El Señor
y su amor por decisión
Ahora, al
practicarlo, si los sentimientos favorables nos acompañan será más agradable,
de lo contrario, no por eso deja de ser auténtico amor, sino aún más, un amor
auténtico “a pesar de…”. Además, es bueno saber que, cuando uno decide amar
sincera y fielmente, el Señor suele conceder sentimientos favorables.
----------------
Por eso, querido
amigo, querida amiga, decidirte a amar con o sin sentimientos favorables
siempre vale la pena. Como dice San Bernardo: “Amo porque amo, amo por amar,
porque el amor no necesita otro motivo fuera de sí mismo” (De los sermones de
San Bernardo, abad, sobre el libro del cantar de los cantares, sermón 83, 4-6).
¿Te decides
a amar como Jesús? Amén.
Para
reflexionar:
-
¿Qué tipo de seguidor de Jesús soy? ¿atado a
las “seguridades” de este mundo, indeciso, miedoso? ¿Mi seguimiento imita su
Amor?
-
¿Cuánto interés, tiempo, respeto, conocimiento,
dinero, fidelidad, organización, perseverancia dedico concretamente a mis hermanos en la fe?
-
¿Es mi amor hacia Dios y mis hermanos
auténtico y decidido “a pesar de…”?
-
¿Qué priorizo? ¿los sentimientos o amo aún
sin sentimientos? ¿Amo como Jesús?
¡Aquí puedes escuchar la homilía!👇
Amo a Dios por decicion el tiene el control de mi vida !!!
ResponderBorrarSiempre es un placer escucharlo Monseñor . Nuestra barca a veces se mece , otras va Mar adentro sin saber dónde vamos y otras sentimos que nos hundimos .Que hermoso saber que tenemos miedos por qué ahí nuestro corazón late fuerte buscando al Señor Jesucristo en nuestro sentir .Su amor inagotable su amor hasta el extremo su amor único ,cuando seremos dignos de amar así . Efesios 4,1-3 amén 💕💕
ResponderBorrar