¿Cómo amas? ¿Por sentimientos o por decisión? ¿Hasta dónde llega tu amor?


                      Domingo 13° durante el año - Ciclo C (San Lucas 9, 51-62)

Monseñor Han Lim Moon

 

51 Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén 52 y envió mensajeros delante de él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. 53 Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén. 54 Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: «Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?». 55 Pero él se dio vuelta y los reprendió. 56 Y se fueron a otro pueblo. 57 Mientras iban caminando, alguien le dijo a Jesús: «¡Te seguiré adonde vayas!». 58 Jesús le respondió: «Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza». 59 Y dijo a otro: «Sígueme». El respondió: «Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre». 60 Pero Jesús le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios». 61 Otro le dijo: «Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos». 62 Jesús le respondió: «El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios». (Lc. 9, 51-62).

 

¡Con esta canción puedes comenzar la meditación! 👇




El amor humano normalmente comienza con un fuerte sentimiento atractivo, romántico y entusiasta. Luego, con el tiempo, se descubren otros ingredientes que confirman que es un amor verdadero, y que lo purifican y perfeccionan: desafíos por comprenderse, sacrificio, paciencia, fidelidad, organización, perseverancia, etc. Generalmente la escuela más apropiada para aprender este amor es la familia. 

Tres tipos de seguidores de Jesús

El evangelio de hoy destaca la firme decisión de Jesús de encaminar su amor por los hombres hasta el extremo, entregándonos su vida. Hoy Jesús presenta sus tres tipos de seguidores:

El primero es un enamorado y entusiasta que quiere seguirlo. Pero Jesús le advierte que seguirlo le implica no solo algo lindo, sino también renunciar a su propia seguridad material y a sus convicciones para poder seguirlo libremente adaptándose a la voluntad del Padre.

En el segundo caso, Jesús llama diciendo: “sígueme”. Hay muchas personas que perciben claramente su llamado en su interior, pero no se animan a responderle positiva y rápidamente y postergan su respuesta con excusas “como terminar primero una carrera o una etapa de su vida”, etc. En una palabra, sería un “indeciso”.

El tercero es alguien que ya está decidido o encaminado hacia el seguimiento de Jesús. Sin embargo, pone condiciones que dificultan su decisión de seguirlo como su absoluta prioridad. Por eso dice: “Señor te seguiré, pero…”.  Es como aquella persona que ya está en la cima del juego de la “montaña rusa”, pero piensa en bajarse sin demasiado sentido. Por eso Jesús dice “no mirar hacia atrás”. Más bien es mejor pedir su gracia de convertir el vértigo del desconcierto o miedos en las maravillas de Dios, inclusive “divertidas”, que superan ampliamente nuestra imaginación.

Tu caso puede ser semejante a estos tres o no, pero lo cierto es que todos los cristianos estamos llamados a seguir decididamente a Jesús imitando su amor. 

Un examen de conciencia en nuestro camino de seguimiento 

Ahora bien, entre los cristianos reunidos en nuestra Iglesia, aunque siempre proclamamos el amor de Cristo y contamos con su gracia, lamentablemente, no siempre encontramos esta opción de amar como Jesús ya que muchas veces no superamos ni siquiera parte del amor practicado en nuestra familia, posiblemente por no tener un vínculo afectivo o de sangre. Entonces, preguntémonos sencillamente: ¿Cuánto interés, tiempo, respeto, conocimiento, dinero, fidelidad, organización, perseverancia dedicamos concretamente a nuestros hermanos en la fe por semana o por mes? Estas medidas nos ayudarán para un examen de conciencia objetivo y reconocer nuestra “verdad” para no caer en un falso imaginario. 

El Señor y su amor por decisión

 Ahora, en el evangelio de hoy, el Señor prioriza más el amor por decisión que el amor por sentimientos favorables, aunque siempre los tiene en lo profundo de su corazón. Este amor está expresado en la Biblia así: “aunque las montañas cambien de lugar, mi amor por ti no cambiará” (Isaías 54, 10). Por eso los cristianos, sin abandonar el sentimiento, debemos priorizar el amor por decisión como el Señor.

Ahora, al practicarlo, si los sentimientos favorables nos acompañan será más agradable, de lo contrario, no por eso deja de ser auténtico amor, sino aún más, un amor auténtico “a pesar de…”. Además, es bueno saber que, cuando uno decide amar sincera y fielmente, el Señor suele conceder sentimientos favorables.

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Por eso, querido amigo, querida amiga, decidirte a amar con o sin sentimientos favorables siempre vale la pena. Como dice San Bernardo: “Amo porque amo, amo por amar, porque el amor no necesita otro motivo fuera de sí mismo” (De los sermones de San Bernardo, abad, sobre el libro del cantar de los cantares, sermón 83, 4-6).

¿Te decides a amar como Jesús? Amén.

 

Para reflexionar:

-         ¿Qué tipo de seguidor de Jesús soy? ¿atado a las “seguridades” de este mundo, indeciso, miedoso? ¿Mi seguimiento imita su Amor?

-         ¿Cuánto interés, tiempo, respeto, conocimiento, dinero, fidelidad, organización, perseverancia dedico concretamente a mis hermanos en la fe?

-         ¿Es mi amor hacia Dios y mis hermanos auténtico y decidido “a pesar de…”?

-         ¿Qué priorizo? ¿los sentimientos o amo aún sin sentimientos? ¿Amo como Jesús?

 

¡Aquí puedes escuchar la homilía!👇




             Temas relacionados: Mensajeros de Jesús. Discipulado. Seguimiento. Amor humano. Amar por decisión. Sentimientos. Amor de Dios. Fidelidad. Reino de Dios.




Comentarios

  1. Amo a Dios por decicion el tiene el control de mi vida !!!

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  2. Siempre es un placer escucharlo Monseñor . Nuestra barca a veces se mece , otras va Mar adentro sin saber dónde vamos y otras sentimos que nos hundimos .Que hermoso saber que tenemos miedos por qué ahí nuestro corazón late fuerte buscando al Señor Jesucristo en nuestro sentir .Su amor inagotable su amor hasta el extremo su amor único ,cuando seremos dignos de amar así . Efesios 4,1-3 amén 💕💕

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