¡Tu familia! ¡Todos diferentes…! ¿Cómo logras armonía y alegría? ¡Conoce sus secretos…!

 

Homilía-Monseñor Han Lim Moon

Santísima Trinidad-Ciclo B-30/5/2021

(San Mateo 28, 16-20)


¿Cómo es tu familia? ¿Muy numerosa o no tanto? Aunque todos pertenecen a tu misma familia: hijos, nietos, hermanos, sobrinos, ¡seguramente todos deben ser muy distintos entre sí!

Santísima Trinidad: unidad en la diversidad

Hoy, en esta fiesta de la Santísima Trinidad celebramos nuestra fe en un solo Dios en tres Personas Divinas. Es decir, festejamos a un solo Dios, que es Amor, en la diversidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Ahora, ¿qué relación tiene con nosotros esta realidad de Dios aparentemente lejana? ¡Tiene mucho que ver con nosotros como hombres y cristianos!

Como hombres porque fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, y como cristianos porque fuimos recreados por el bautismo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

La Iglesia: signo de la unidad en la diversidad

Por eso, la Iglesia es una en su diversidad. Su unidad proviene de Dios uno que es Amor. Y, a la vez, su diversidad proviene de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo que son distintos entre sí.

Y en concreto, la diversidad se da en nosotros porque somos diferentes y por la variedad de los dones que Dios nos da. Pero, a causa del vínculo del amor (cf. Colosenses  3, 14), esta diversidad no se opone  a la unidad, todo lo contrario, la enriquece enormemente, como sucede en una orquesta armoniosa y maravillosa por la diversidad de instrumentos musicales.

Ahora bien, sobre la unidad en la diversidad, es necesario evitar dos extremos. Por un lado, la uniformidad que no reconoce la originalidad de cada cristiano con su propia riqueza. Y, por otro lado, la diversidad anárquica que divide y no le interesa el aporte que cada uno puede hacer para el bien de todos.

Escuela privilegiada de la unidad en la diversidad


Ahora, en concreto, ¿dónde aprendemos a vivir la unidad en la diversidad? En el seno de nuestra familia, especialmente en la cristiana, y en la comunidad cristiana, la Iglesia. Luego, lo pondremos al servicio de la sociedad.

A la hora del aprendizaje nos pueden ayudar estos elementos:

1.    Reconocer la originalidad de cada uno con sus diferentes dones. Y motivarlo, especialmente los mayores a los menores, para que por el amor contribuya al bien de todos.

2.    Valorar la contribución tanto de varones como de mujeres porque aportan de manera complementaria, bella y armoniosa.

3.    Para la valoración mutua es fundamental el esfuerzo del diálogo sincero para un mejor descubrimiento del otro.

4.    Y después del diálogo es sumamente importante la aceptación del otro tal como es y de mi limitación para la comprensión. Sin embargo, esta aceptación por amor no necesariamente significa estar de acuerdo.

Por último, para la unidad en la diversidad debe haber dos elementos fundamentales: una misión común que sea el punto de comunión, y el amor incondicional que nos impulsa a contribuir para el beneficio de todos. De esta manera, nos alegraremos y disfrutaremos de los frutos abundantes que van más allá de nuestro esfuerzo y que son regalo de Dios.

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Querido amigo, querida amiga, la misión común de toda la Iglesia es proclamar el amor de Dios que nos salva. Para ello, es indispensable la unidad en la diversidad de los cristianos en comunión de amor.

Y no te olvides de recurrir a través de la oración al manantial de Amor, un solo Dios en tres Personas Divinas.

¡Y verás las maravillas que Dios obra en nosotros! Amén.

 

¡Aquí puedes ver el video de la homilía!  ☺👇



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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