¡“Malabares” para darle de comer a tu familia! Cuando “partes y repartes” tu pan…
¡Seguramente una de las preocupaciones más importantes de los papás debe ser el darles de comer a sus hijos todos los días!
¿Alguna vez estuviste angustiada/o por no poder hacerlo? Aunque, en general, los hijos no tomen conciencia de tu preocupación.
El domingo pasado, meditamos a Jesús Buen Pastor que tuvo compasión por
la muchedumbre enseñándole largo rato para orientar, acompañar y animar porque
eran como “ovejas sin pastor”.
El deseo de Jesús: dar de comer a todos hombres
Hoy, Jesús se preocupa también por alimentar, como dice el Salmo: “El
Señor es mi pastor, nada me puede faltar… me conduce a las aguas tranquilas… Tú
preparas ante mí una mesa” (Salmo 23,1-2.5).
Ante todo, ¿sabes por qué desde hoy pasamos del evangelio de San Marcos
al evangelio de San Juan? Porque, por un lado, coinciden con el mismo tema de
la multiplicación de los panes y, por otro lado, San Juan explica con más
detalle y desarrollo sobre la Eucaristía, que es el culmen y la fuente de nuestra
vida cristiana.
En concreto, Jesús, ¿qué hizo? Él quiso alimentar a cinco mil hombres
que lo seguían. Entonces, le preguntó a Felipe para ponerlo a prueba: ¿Dónde
compraremos pan para darles de comer? Por otro lado, Andrés comentó: “Aquí hay
un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para
tanta gente?”. De esta manera, Jesús evidenció que era imposible alimentar a
tanta gente sólo con los recursos humanos.
Tres secretos para la multiplicación de la generosidad, fraternidad y alegría
Sin embargo, Jesús tomó esos panes ofrecidos, dio gracias y los
distribuyó a toda la muchedumbre hasta saciarla.
En este milagro descubrimos tres gestos muy significativos del Señor:
1. “Tomó los panes”, es decir, los aceptó como ofrenda valiosa, aunque objetivamente era muy poco ante tanta necesidad. Así, el Señor valora, aunque no sea mucho, nuestra ofrenda generosa para obrar su milagro.
2. “Dio gracias”, por un lado, porque valoró lo
que ya tenía en sus manos. Y, por otro lado, porque era la acción de gracias
anticipada por el milagro que Dios iba a realizar.
3. “Los distribuyó”, ante todo, este gesto implica partir el pan y repartirlo, haciendo partícipes a los apóstoles.
En este gesto de partir y repartir resaltamos la generosidad del
compartir que destruye al egoísmo. Y cosechamos los frutos de la alegría y la
fraternidad por saciar el hambre de los hermanos. Así, se realiza el milagro de
la multiplicación de la generosidad, la fraternidad, la alegría y la vida.
Ahora bien, una vez saciada la multitud, Jesús dijo a los apóstoles: “Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada. Los recogieron y llenaron doce canastas”. Esta indicación de Jesús era para no desperdiciar el alimento, que a muchos les falta, y para confirmar la sobre abundancia de su don.
Ahora, ¿qué otro significado tiene este milagro de la multiplicación de los panes? ¿Es sólo para saciar el hambre física? ¡No! ¡Jesús quiere ofrecernos mucho más! Sobre este tema meditaremos en los próximos domingos.
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Querido
amigo, querida amiga, muchos cristianos tenemos la hermosa costumbre de
bendecir la mesa, es decir, dar gracias a Dios por el pan de cada día.
Ahora, ¿qué te sucedería si realizas el mismo gesto de Jesús en cada
comida? ¿Tomar el pan, dar gracias a Dios por lo que ya tienes y por lo que
Jesús va a hacer en tu vida? Además, ¿si compartes tu pan con tus hermanos,
aunque sea poco?
¡El Señor te hará participar de su milagro de la multiplicación de
generosidad, fraternidad, alegría y vida! Amén.
¿Quieres ver el video de la homilía?
Hermosa Homilia!!
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