¿Por quiénes optas estar en cuerpo, alma y corazón? ¿Por qué sigues a Jesús pobre?

 

Homilía - Monseñor Han Lim Moon

Domingo 15 ° durante el año - Ciclo B - 11/7/2021

(San Marcos 6, 7-13)



7 Jesús llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros. 8 Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero; 9 que fueran calzados con sandalias y que no tuvieran dos túnicas. 10 Les dijo: «Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir. 11 Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos ». 12 Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; 13 expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo. (Mc 6, 7-13)


¿Tienes muchos amigos, amigas? ¿Recuerdas como comenzó esa amistad sincera? ¡Seguramente estando y compartiendo muchos momentos con esa persona!

Preparación de la misión de los apóstoles

Para comprender el evangelio de hoy, es fundamental recordar lo que había descrito el mismo evangelista San Marcos: “(Jesús) llamó a su lado a los que quiso... e instituyó a Doce,… para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar con el poder de expulsar a los demonios ”(San Marcos 3, 13-15).

Este pasaje muestra tres pasos:

 1.      Jesús es el que llama y convoca a los apóstoles.

2.      Para que estén con Él, es decir, para compartir su vida: su misión, pensamientos, sentimientos, estilo de vida y su suerte.

3.      Su objetivo final es enviarlos a predicar con poder.

El evangelio de hoy nos presenta el tercer paso que supone los dos anteriores. Jesús envía a los apóstoles de dos en dos dándoles poder sobre espíritus impuros y les dio las instrucciones concretas para la proclamación del evangelio desde la pobreza total: no llevar pan, ni dinero, ni dos túnicas.

¡Estar con Jesús pobre!

¿Por qué Jesús les pidió este estilo de misión desprovisto de todo y sólo con el poder de expulsar a los demonios?

 ¡Porque su vida fue así! Él fue enviado por el Padre, nació y creció en la pobreza material. En su vida pública predicó por toda la región incansablemente, con lo indispensable, exhortando a la conversión para que todos recibieran el Reino de Dios (cf. San Marcos 1,14-15), expulsando a los demonios y curando a muchos enfermos.

Esta misión en la pobreza es lo que sus apóstoles habían aprendido estando con su Maestro. Ahora Él los envía para que lo pusieran en práctica, haciéndolos partícipes de su misión. Por esta razón, para anunciar el Reino de Dios, que es Jesús mismo, es indispensable haber compartido la vida personalmente con Él y cultivar una fuerte amistad en la familiaridad cotidiana. Ya que Él es el manantial inagotable del cual brota la Buena Noticia fresca del Reino de Dios.

Tres razones de la misión desde la pobreza

    Pero, ¿cuál es la razón profunda de la proclamación del Reino de Dios desde la pobreza?

·                       Ante todo, es un signo claro de la confianza plena en la providencia de Dios (cf. San Mateo 6, 25-34).

·                       Luego, que se evidencie en la pobreza del hombre que la salvación del mundo no viene del poder o elocuencia del hombre sino sólo de Dios. Por eso, San Pedro dijo: “No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y camina” (Hechos 3,6). Y San Pablo les dijo a los corintios que no basaran su fe en la elocuencia humana, sino en el poder de Dios (cf. 1 Corintios 2,4-5).

·                       Finalmente, porque la pobreza es un signo claro de la opción preferencial de Dios por los pobres (cf. San Mateo 5,1-12). 


        Apóstoles: espejos de Jesús pobre

¿Qué otra instrucción dio Jesús a los apóstoles?

Los envió de dos en dos para que el testimonio de ellos sea válido según la costumbre de su época. Y les otorgó el poder de expulsar a los demonios para curar el alma y también el cuerpo. En resumen, anunciaban eficazmente la Buena Noticia con palabras y obras de caridad.

De este modo, los apóstoles se convertían en sacramentos vivos: reflejos vivos de Jesucristo pobre, poderoso y misericordioso. Sin embargo, también debían estar dispuestos al rechazo como lo fue con su Maestro.

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Querido amigo, querida amiga, hoy Jesucristo, nuestro Maestro y Señor, te invita y nos invita a estar con Él y “beber” de su amistad llena de afecto, fervor y frescura (cf. San Juan 7,37; 19,34; 15,14).

Al mismo tiempo, nos envía a proclamarlo a todos los hombres, con alegría, con poder y con toda la confianza puesta en Él (cf. San Marcos 16,17-20).

¡Anímate a ser proclamador / a de la muy Buena Noticia, Jesús! Amén.


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