Virgen María: ¡“Amén” hecho Mujer! ¡Ella te invita a darle tu “Amén” a su Hijo!


Solemnidad de la Asunción de la Virgen María (San Lucas 1, 39-56)

Monseñor Han Lim Moon (Homilía del 15/8/2016)


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"En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor». María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador, porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso he hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre». María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa” (Lc. 1, 39-56).acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre». María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa” (Lc. 1, 39-56).acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre». María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa” (Lc. 1, 39-56).

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En esta solemnidad de la Asunción de la Virgen María celebramos el acontecimiento en el cual Jesús resucitado y glorificado eleva al cielo a su Madre en cuerpo y alma para la glorificación de Ella, como anticipo de lo que seremos los cristianos al fin de los tiempos.

El dogma de la Asunción de la Virgen

Es un dogma para los católicos, es decir, una verdad de fe revelada por Dios en la Sagrada Escritura o contenida en la Tradición. Además, es propuesta oficialmente por la Iglesia para el crecimiento de la fe de los fieles. Y fue promulgado por el Papa Pío XII, el 1° de noviembre de 1950 (Constitución Munificentisimus Deus).

          En el momento de ser elevada por su Hijo y acompañada por ángeles, Ella entonaría el mismo canto del evangelio de hoy:

“Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz”.    

     

          Razones del dogma de la Asunción

¿Cuáles son las razones para afirmar esta solemnidad que sostiene la Iglesia en su Tradición? Si bien no hay revelación bíblica explícita, la Iglesia siempre sostuvo la Asunción de la Virgen María y encontramos fundamentos bíblicos implícitos como:

·       “Llena de gracia” (San Lucas 1, 28): esta expresión del saludo del ángel Gabriel a la Virgen María abarca toda su vida en orden a ser la Madre de Dios. Es decir, la plenitud de la gracia se da desde el “inicio” de su vida siendo la “Inmaculada concepción”, hasta su “final en esta tierra” con la Asunción sin el sufrimiento de la corrupción de su cuerpo, justamente por no haber sido manchada por el pecado y su consecuencia.

·       “Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Ella te aplastará tu cabeza” (Génesis 3,15): estas palabras unen indisolublemente a María con su Hijo en el triunfo contra el demonio, representado en la serpiente.

·       “No permitirás a tu siervo conocer la corrupción” (Salmo 15, 10): esta expresión es citada por San Pablo quien habla de la incorrupción en relación a la carne de Cristo. Y justamente San Agustín comenta que la carne de Cristo es la misma que la de María. En conclusión, él deduce que la carne de María tampoco sufrió la corrupción.

·       San Juan Pablo II nos explicó en su catequesis del 2 de julio de 1997: “El Nuevo Testamento, aún sin afirmar explícitamente la Asunción de María, ofrece su fundamento, porque pone muy bien de relieve la unión perfecta de la Santísima Virgen con el destino de Jesús. Esta unión, que se manifiesta ya desde la prodigiosa concepción del Salvador, en la participación de la Madre en la misión de su Hijo y, sobre todo, en su asociación al sacrificio redentor, no puede por menos exigir una continuación después de la muerte. María, perfectamente unida a la vida y a la obra salvífica de Jesús, compartió su destino celeste en alma y cuerpo”.

        Misión de la Virgen en el cielo

        Ahora, ¿cuál sería su rol después de su asunción y glorificación? Ella intercede todo el tiempo ante su Hijo a favor de la humanidad, como lo hizo en las bodas de Cana (cf. San Juan 2, 1-11). De esta manera sigue “visitándonos” para socorrernos con su ayuda, como en el evangelio de hoy.

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    La síntesis de la vida de la Virgen María se resume en una palabra: “Amén” a todos los pedidos de Dios, comenzando por haber recibido en su seno al Hijo de Dios. Y Dios, en respuesta a la generosa entrega incondicional de Ella, la recibió en su seno trinitario en cuerpo y alma como anticipo de todos los que le respondemos “Amén” a su Hijo, Jesucristo nuestro Señor. Amén.



      Preguntas para la reflexión 


·       ¿Aceptas hoy la visita de la Virgen? ¿En qué quieres que la Virgen te acompañe?

 

·       Concretamente, hoy, ¿en qué cosa el Señor te pide darle tu “Amén”?


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