¿Te preocupa en serio la comunicación con tu pareja? ¡Te ofrecemos la “Buena Noticia”!

 

Domingo 23 ° - ciclo B - 2018 (San Marcos 7, 31-37)

Monseñor Han Lim Moon

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Cuando Jesús volvía de la región de Tiro, pasó por Sidón y fue hacia el mar de Galilea, atravesando el territorio de la Decápolis. Entonces, le presentó a un sordomodo y le pidieron que le impusiera las manos. Jesús lo separó de la multitud y, llevándolo aparte, le puso los dedos en las orejas y con su saliva le tocó la lengua. Después, levantando los ojos al cielo, suspiró y dijo: «Efatá», que significa: «Abrete». Y enseguida se abrieron sus oídos, se le soltó la lengua y comenzó a hablar normalmente. Jesús les mandó insistentemente que no dijeran nada a nadie, pero cuanto más insistía, ellos más lo proclamaban y, en el colmo de la admiración, decían:  «Todo lo ha hecho bien: hace oír a hab. (Mc 7, 31-37)           

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Uno de los problemas más dolorosos de mi vida ministerial fue acompañar a las parejas en la separación porque sufren mucho junto a sus hijos y sus padres, es un dolor desgarrador. De hecho, en el colegio donde estuve como párroco, vi que un 70 u 80% de los chicos del secundario tenían padres separados.   

Una de las causas principales de esta separación es la falta de comunicación correcta. Justamente en el Evangelio de hoy, Jesús cura a un sordo y tartamudo que refleja al hombre que no escucha, ni entiende ni se expresa bien.

La comunicación en una pareja y sus dificultades

Para entender mejor el alcance de esta curación de Jesús, conviene saber básicamente el proceso de la comunicación y sus dificultades. El que quiere comunicar un mensaje lo hace normalmente a través de las palabras y gestos. Hoy me detengo en las palabras y pongo como ejemplo un matrimonio.

Cuando el esposo escucha un mensaje de su esposa, o viceversa, debe interpretar dos contenidos importantes: sus sentimientos y sus ideas. La correcta interpretación del mensaje, es mucho más difícil de lo que uno imagina.

Ante todo, al usar el mismo idioma, el esposo cree interpretar muy bien el mensaje de su esposa pero frecuentemente no sucede así. Por ejemplo, recordemos el juego del teléfono descompuesto. Porque el esposo suele utilizar sus propios registros para interpretar pero no desde el punto de vista y el corazón de ella. Por esta razón, surgen interpretaciones erróneas.   

Otras veces, el esposo no tiene directamente los registros indicados para la interpretación correcta. Es como cuando uno quiere leer un mensaje de internet y no tiene el programa indicado para hacerlo. Entonces, debe adquirir un nuevo programa . Justamente esto sucede muchas veces entre varones y mujeres que tienen registros similares pero distintos. En internet es fácil adquirirlo, en cambio, podemos tardar años. De ahí vienen muchos malentendidos y, en consecuencia, los conflictos, cansancios y abandono de la comunicación que lleva a la separación.

La profundización del diálogo en una pareja y aspectos a tener en cuenta

Para profundizar el diálogo es necesario que los esposos conozcan mejor las experiencias vividas anteriormente. De lo contrario, no captan las connotaciones especiales de algunas de sus expresiones propias.

Para estar seguro de la comunicación hay que verificar con un mecanismo que se llama retroalimentación . ¿Que quiere decir? Preguntar al otro: ¿lo que sientes o lo que quisiste decir es esto? Es como para preguntar el número de teléfono que uno dicta y verifica. Si el otro confirma quiere decir que entendió bien el mensaje. 

Para que se dé esta interpretación correcta, comunicación debemos asegurarnos aún más con algunas actitudes fundamentales que nos conducirán a la comunión de amor, un milagro de amor.

Ante todo, la paciencia que es la expresión de amor distribuido en el tiempo para escuchar con atención, dejando un lado las propias necesidades hasta asegurar una comprensión completa.

Además, el perdón será siempre necesario para ambos porque en este intercambio muchas veces hay malas interpretaciones equivocadas que causan herida. 

A veces simplemente reconocer y aceptar que la otra persona sea diferente. Sin embargo, hay que cuidar la unidad en la diversidad como riqueza.  

El motor que pone en movimiento todas estas actitudes es el amor sincero incondicional regalado por Dios y aceptado por ambos. Porque el amor supera las peores barreras, ¡el amor supera las peores barreras!

Jesús restaura y abre nuestro diálogo

Entonces, volviendo al Evangelio,  ¿qué hace Jesús hoy? Cura nuestra sordera tocando el oído y nos devuelve la capacidad de escucha atenta, ante todo, de su amor. Luego toca nuestra lengua diciendo “Effatá”, “Ábrete” para que podamos responder positivamente a su amor. Esto es lo que celebramos en nuestro bautismo. A partir de este toque del Señor quedamos restaurados y abiertos al diálogo no sólo con Dios sino también con nuestros hermanos para la comunión de amor sostenida por las virtudes de paciencia, perdón, aceptación. Y, sobre todo, somos impulsados ​​por el amor apasionado e incondicional de Dios para optar  por el diálogo que nunca podemos renunciar ni abandonar.Porque “el diálogo es una forma privilegiada e indispensable de vivir, expresar y madurar el amor” (AL 136).

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Querido amigo, querida amiga, ¿ no q uieres que te present ante Jesús como el día de tu Bautismo para que te imponga sus manos y Él te toque tus oídos y tu lengua? Si lo aceptas, Él te dirá: ¡“Effatá” “Ábrete” para Dios y para tus hermanos!

Y así, ¡vivirás la comunión de amor, el milagro de amor ! Amén.

Preguntas para la reflexión personal y comunitaria

-          ¿Cómo es mi comunicación con los demás? ¿Me preocupo por interpretar el mensaje correcto? Cuando no entiendo o dudo del mensaje, ¿repregunto o me encierro en mi interpretación? ¿Me considero clara a la hora de comunicarme?

-          ¿Cómo es mi predisposición al dialogo? ¿Practico la paciencia (para escuchar con atención); el perdón (cuando las interpretaciones son erróneas y lastiman) y la aceptación de que la otra persona es diferente? 

-          ¿Comprendo la importancia de dialogar? ¿Abro mis oídos a Jesús para escuchar que quiere de mí? ¿Abro mis oídos para escuchar a mis hermanos (sus necesidades, sus enseñanzas, etc).

        ¡Aquí puedes ver el video de la homilía! 





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