¡Lo infaltable para la fiesta de la Inmaculada! Homilía de Monseñor Han en la Fiesta Patronal de la Diócesis de Venado Tuerto

 


¡Lo infaltable para la fiesta de la Inmaculada!

¡Nuestra Madre embellece nuestro pueblo ...!

Inmaculada Concepción - 12/8/2021 - San Lucas 1, 26-38

Homilia Monseñor Han Lim Moon

 

En plena pandemia le di la unción de los enfermos a un sacerdote que estaba enfermo de covid y, luego, falleció. A los pocos días, antes de visitar a mi mamá anciana y mi hermano, que son personas de riesgo, me hice un hisopado para estar seguro de que no tuviera covid para no contagiarlos. Porque, en caso de contagiarlos, probablemente los hubiera perdido ¡Seguramente ustedes también se habrán cuidado mucho de este virus invisible para cuidar a sus seres queridos ya los demás!

Una “pandemia” más peligrosa

          Ahora, hay otros virus graves, también invisibles, que opinan a todos los hombres ya toda la sociedad, que paralizan el cerebro humano, endcen el corazón del hombre y, finalmente, lo matan. Estos virus se llaman: egoísmo, placer como única meta, consumismo, indiferencia, injusticia, marginación, etc. Sin embargo, a estos virus no les damos tanta importancia.

          Además, pareciera que es estos frenar el contagio de virus invisibles porque muchas veces se expanden exponencialmente por los medios masivos de comunicación y las redes sociales.

        Sentido de la fiesta de la Inmaculada concepción de María

Ahora, ¿qué tiene que ver este contagio peligroso con esta fiesta de la Inmaculada Concepción de nuestra Madre?

Hoy, celebramos la fiesta de nuestra Madre Inmaculada, es decir, por la gracia de Dios, desde el momento de su concepción, no tiene mancha del pecado original ni personal. Por eso, el Ángel Gabriel la llama la “llena de gracia”. Y Ella nos alienta a que es posible, por la gracia de Dios, que nosotros también seamos inmaculados en el corazón.

¿Cómo ser nosotros también inmaculados?

¿Y como es posible esto? Invocando la misericordia de Dios, practicando las obras de caridad, ofreciendo sacrificios, aceptando la cruz cotidiana y, especialmente, por medio de la Confesión sacramental. Ser inmaculados como Ella es la mejor manera de festejar a nuestra Madre Inmaculada. Porque su deseo es que, nosotros, sus hijos, seamos como Ella: inmaculados, dentro de nuestra posibilidad.

Ahora, para participar en una fiesta, normalmente nos bañamos y nos arreglamos de modo especial. De manera similar, para entrar a la fiesta de nuestra Madre Inmaculada, ¡¿cómo no bañarnos por dentro para estar puros de corazón?! Así, en lugar de contagiar el virus invisible y letal, contagiaremos belleza, alegría, paz, amor, justicia, fraternidad, que surgirán de nuestro corazón y se notarán en nuestros rostros y amabilidad en.

Si cada uno de nosotros somos “lleno de gracia” como la Virgen María, también lo será nuestra ciudad y nuestra Diócesis.

Nuestra mision de inmaculados

Ahora bien, ¿para qué purificarnos y ser inmaculados?

¡Imagínense la alegría de los padres y catequistas al ver a sus niños recibir la Primera Comunión! Los niños para llegar a ese momento tan esperado y emocionante se preparan a través de una catequesis larga, de la confesión y de la vestimenta blanca. Y todo esto es para recibir a Jesús en sus corazones inmaculados. Y, luego, transmitirlo a los demás como Autor de la salvación de todos los hombres.

De la misma manera, como esos niños, nosotros nos purificamos para recibir dignamente en nuestro corazón a Jesús, el Autor de la salvación. Y, luego, transmitirlo a los demás como hicieron Nuestra Madre Inmaculada y San José.

Así, hoy, nuestra Madre Inmaculada desbordará de alegría porque nuestra Ciudad, nuestra Diócesis, también se llenará de alegría por la presencia de Jesucristo entre nosotros y seremos cada vez human.

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Todo esto puede parecer un sueño irrealizable pero la Buena Noticia que el Ángel Gabriel hoy nos anuncia es: “No hay nada imposible para Dios” (San Lucas 1, 37).

¡Gracias Madre Inmaculada por tu presencia amorosa que nos alienta en nuestra esperanza y nos acompaña a lo largo de toda nuestra vida! ¡Te queremos y te necesitamos! Amén.




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